Esta pequeña localidad situada en ribera del Bernesga, al norte del territorio POEDA, cuenta con los restos arqueológicos de una basílica paleocristiana, de las más importantes de la Península.
La Iglesia Martirial de Marialba data del siglo III o IV y por su importancia histórica y artística fue declarada Bien de Interés Cultural.
Los estudios señalan que surgió cuando se extendió la costumbre de acudir a ver las tumbas de los mártires, de ahí su denominación “iglesia martirial”. Algunas hipótesis apuntan a que se levantó como edificio para el culto sobre los enterramientos y las reliquias de los mártires de familia de San Marcelo y Santa Nonia.
Estaba formada por una nave rectangular con ábside en forma de herradura, los restos de escalares apuntan a que contaba con dos alturas, la inferior donde se encontraban las tumbas y la superior destinada al culto.
Las excavaciones realizadas han hallado restos de diversas épocas, desde el siglo IV, periodo inicial, hasta el siglo XII, cuando se cree que comenzó a desmantelarse el complejo religioso. Los restos encontrados apuntan a que el edificio tenía un uso tanto religioso como funerario, se han encontrado fragmentos de cerámico, metal, vidrio, azabache monedas, y otros elementos o cerámicos así como restos de individuos.
Marialba de la Ribera fue una de las zonas más rápidamente cristianizadas de la Península. La iglesia fue descubierta a finales del siglo XIX y fue declarada Bien de Interés Cultural en 1985; ha sido considerada incluso como la mayor iglesia martirial de la época paleocristiana de la Península Ibérica.